Los meniscos reducen la cantidad de fuerza que se transmite del fémur a la tibia, protegiendo el cartílago de la rodilla. A lo largo de los años, este efecto protector acumulativo es crucial. Ayuda a retrasar e incluso prevenir el inicio de una artrosis sintomática severa.

Síntomas más frecuentes de una lesión de menisco:

Los síntomas de una lesión de menisco pueden variar según sea su gravedad y el tipo de lesión. De entre los síntomas más frecuentes destacan:

• Sensación de chasquido.
• Dolor de rodilla.
• Hinchazón.

Otros síntomas pueden incluir rigidez de rodilla, clics, sensación de bloqueo, pérdida de movilidad e incluso inestabilidad.

Tipos de lesión meniscal:

Las lesiones meniscales pueden clasificarse en varios tipos, dependiendo de la naturaleza y la ubicación de la lesión.

Las lesiones meniscales se pueden describir según sean de espesor parcial (no afectan a la totalidad de su grosor) o de espesor completo, lo que significa que la lesión atraviesa todo el menisco. Las lesiones se pueden describir también según sea su apariencia. Algunos tipos comunes de roturas traumáticas incluyen lesiones tipo “asa de cubo” (bucket handle tears), lesiones tipo flap y radiales.

Todo depende de la localización de la lesión

La ubicación de la rotura tiene un impacto significativo en la capacidad de curación de la lesión y en su correspondiente tratamiento. El menisco se divide en tres zonas según su vascularización (o el riego sanguíneo):

1. Zona Roja o Roja-Roja: La porción externa del menisco se conoce como la zona roja. Esta área tiene un suministro sanguíneo relativamente bueno y puede curar más fácilmente en comparación con otras áreas. Las lesiones en esta zona responden mejor a la sutura o reparación quirúrgica.
2. Zona Roja-Blanca: La zona entre la parte externa y la parte media del menisco se llama zona roja-blanca. Esta área tiene un suministro sanguíneo mixto, con mejor riego sanguíneo en la parte roja y una vascularización limitada en la parte blanca. La capacidad de curación varía según la ubicación exacta dentro de esta zona.
3. Zona Blanca: La porción interna del menisco se llama la zona blanca. Esta área tiene un suministro sanguíneo muy limitado y en ocasiones inexistente. Las lesiones de menisco en esta zona tienen menos probabilidades de curar por sí solas y pueden requerir técnicas como la meniscectomía (eliminación parcial o total del menisco).

El conocimiento de la localización de la lesión es fundamental para determinar el enfoque de tratamiento más adecuado, ya sea mediante medidas conservadoras o quirúrgico a través de técnicas artroscópicas.

Tratamiento de las lesiones de menisco

El tipo de desgarro, su tamaño y la ubicación determinarán el curso del tratamiento. Para pequeñas lesiones degenerativas y desgarros parciales, el manejo conservador (reposo, hielo, compresión, elevación y medicamentos antiinflamatorios) asociado a un trabajo de fisioterapia y potenciación muscular, ha demostrado ser beneficioso.

Sin embargo, si el dolor y la hinchazón no mejoran en un plazo de 6 semanas, podría ser necesario la revisión artroscópica de este menisco.