¿Te duele la cadera al tumbarte de lado? ¿Sientes como si algo dentro se irritara cada vez que caminas, subes escaleras o simplemente estás mucho rato de pie? ¿Te despiertas varias veces por la noche porque el dolor no te deja descansar bien?
Si todo esto te resulta familiar, es probable que tengas lo que llamamos trocanteritis, una inflamación de la zona lateral de la cadera que, aunque no es peligrosa, puede acabar condicionando tu día a día de forma importante.
¿Qué es la trocanteritis y por qué aparece?
La trocanteritis —también conocida como bursitis del trocánter mayor— es una inflamación de unas pequeñas bolsas que tenemos en la parte lateral de la cadera (las bursas), cuya función es proteger y amortiguar los tendones cuando nos movemos.

Cuando estas estructuras se inflaman, aparece ese dolor tan característico que muchas pacientes describen como “una punzada”, “una molestia que no me deja dormir” o “una presión incómoda al apoyarme sobre ese lado”.
Lo más curioso es que este problema afecta con mucha más frecuencia a mujeres a partir de los 45 o 50 años, especialmente durante la menopausia, por los cambios hormonales que influyen directamente en los tejidos blandos. También puede deberse a una dismetría en las piernas, una pisada irregular, sobrepeso o debilidad en los glúteos.
Señales de alarma: cuándo sospechar que es trocanteritis
- Dolor en la parte lateral de la cadera que aparece al andar, subir escaleras o al estar mucho rato sentado/a.
- Imposibilidad de dormir del lado afectado.
- Dolor que empeora al final del día.
- Sensación de quemazón o hipersensibilidad al tacto en esa zona.
A veces, el dolor va y viene. Pero cuando se vuelve crónico —más de 6 meses con molestias— es muy probable que el tratamiento deba ir más allá de la fisioterapia o las infiltraciones.
¿Y si ya lo he probado todo y sigo igual?
Esta es una de las frases que más escucho en consulta:
“Me han infiltrado, he hecho ejercicios, he ido al fisio… y sigo igual.”

Y es completamente normal sentir frustración cuando uno pone de su parte y no mejora. Pero también es importante saber que, cuando la trocanteritis se vuelve resistente al tratamiento conservador, no es que no tenga solución: es que quizá ha llegado el momento de plantear una opción más definitiva.
Aquí es donde entra en juego la endoscopia de trocánter.
Endoscopia de trocánter: una solución eficaz y poco invasiva
Se trata de una intervención mínimamente invasiva —a través de dos pequeñas incisiones en la piel— con la que eliminamos las bursas inflamadas y, si es necesario, regularizamos los tendones que están provocando el roce y el dolor.
Todo se hace con una cámara de alta definición y unos pequeños instrumentos, sin dañar tejidos sanos y con una recuperación mucho más rápida que con cirugía abierta.
¿Qué ventajas tiene?
- Incisiones mínimas (mejor resultado estético y menos molestias).
- Menos dolor postoperatorio.
- Alta tasa de éxito en pacientes con dolor lateral de cadera crónico.
- Recuperación rápida: muchas personas vuelven a su rutina en pocas semanas.
- No es necesario estar semanas sin apoyar la pierna.
En resumen, se trata de una técnica muy agradecida. Cuando se hace en el momento adecuado y en el paciente adecuado, los resultados son realmente buenos.
¿Y cómo saber si esta cirugía es para mí?
La mayoría de las pacientes que se benefician de esta técnica son mujeres a partir de los 45-50 años, en fase de menopausia o postmenopausia, que llevan tiempo con dolor lateral de cadera, han probado tratamientos conservadores sin éxito y sienten que ese dolor les está quitando calidad de vida.
Si has dejado de caminar como antes, evitas hacer ejercicio, o incluso tienes miedo de apoyar el lado dolorido por las noches… es muy posible que esta cirugía te ayude.
¿Cómo es la recuperación?
Después de la intervención, muchas pacientes pueden irse a casa el mismo día o al día siguiente. Se permite caminar desde el principio, aunque con algo de ayuda durante unos días (un bastón, por ejemplo).
En las semanas siguientes se realiza una pequeña rehabilitación para recuperar fuerza y movilidad, pero sin prisas. El objetivo no es solo que te duela menos: es que vuelvas a vivir con normalidad.
Carmen, 56 años, y su vuelta al senderismo
Carmen llegó a mi consulta después de casi dos años de dolor lateral de cadera. Lo había probado todo: fisioterapia, plantillas, yoga, infiltraciones… ya no dormía bien, ni salía a caminar con sus amigas porque no podía seguirles el ritmo.
Le propuse la endoscopia y se animó. A los pocos días ya caminaba sin dolor, y al cabo de unas semanas volvió a hacer senderismo. “Me ha cambiado la vida”, me dijo en la revisión. Y esa frase se me quedó grabada, porque resume exactamente el objetivo de este tratamiento.
¿Y si no vivo en Barcelona?
Recibo mensajes de pacientes de toda España. Muchas veces, venir hasta aquí no es fácil: por trabajo, por familia, o porque el dolor te impide viajar.
Por eso también ofrezco la posibilidad de hacer una primera consulta online desde casa.

En esa videollamada podemos revisar tus pruebas, valorar tus síntomas y, sobre todo, aclarar si este tratamiento puede ayudarte. A veces, con solo una conversación ya se despejan muchas dudas.
Así que si no puedes desplazarte ahora mismo, pero quieres saber si esta cirugía es para ti, no dejes que eso te frene. Escríbeme y organizamos una cita online a tu ritmo.